Pese a tratarse de un año complejo, en este 2020 han visto la luz nuevas guías y documentos de consenso de GeSIDA, herramientas creadas para facilitar el trabajo de todos aquellos compañeros implicados en la atención del VIH y las comorbilidades.

Una de las principales novedades en este sentido es el ‘Documento de consenso sobre teleconsulta (TC) para personas que viven con infección por VIH (PVVIH)’, elaborado para dar respuesta a la necesidad generada por el confinamiento decretado en la primera ola del Estado de Alarma y ante la ausencia de protocolos concretos para llevar a cabo de forma óptima la consulta no presencial a personas con VIH.

Entre otros aspectos, este manual señala los perfiles idóneos de pacientes que pueden recibir atención por teleconsulta. También revisa la labor que pueden desempeñar otros profesionales sanitarios en esta atención no presencial, tales como los responsables de las extracciones de sangre para análisis, Farmacéuticos, Enfermería y Médicos de Atención Primaria. Se abordan también los requisitos mínimos para realizar una teleconsulta, los aspectos legales, y se exponen los resultados de la encuesta realizada a los socios sobre la atención mediante teleconsulta durante el Estado de Alarma.

Este nuevo Documento de GeSIDA (al que puede acceder mediante este enlace) incluye asimismo un modelo de cuestionario para estructurar la teleconsulta y sistemas de alarma para pacientes perdidos.

Otra de las novedades de estos últimos meses ha sido el ‘Documento de consenso sobre el manejo clínico de la comorbilidad neuropsiquiátrica y cognitiva asociada a la infección por VHI-1’ (disponible en este enlace), en el que se han actualizado de forma conjunta dos antiguas guías clínicas de nuestro Grupo de Estudio (los documentos sobre el manejo de alteraciones psiquiátricas y psicológicas y el de trastornos neurocognitivos asociados al VIH), cuyas versiones previas se hicieron hace cinco y siete años, respectivamente.

Desde la publicación de estos dos documentos previos hasta ahora se han cambiado muchas formas de abordar estas condiciones. Algunos aspectos antes menores, como la neurotoxicidad asociada al TAR, han adquirido una mayor relevancia, y el envejecimiento progresivo de las personas que viven con VIH en nuestro país ha favorecido el aumento de las comorbilidades neuropsiquiátricas y de los fenómenos de deterioro cognitivo, secundarios al neuroenvejecimiento.

En estos últimos meses también ha sido actualizado el ‘Documento de consenso para la evaluación y tratamiento de las enfermedades renales en pacientes con infección por el VIH’. En este documento se han consensuado estrategias para la vigilancia, el control y la prevención del daño renal en pacientes infectados por el VIH, el TAR, y el tratamiento renal sustitutivo en pacientes con VIH e insuficiencia renal. Estas recomendaciones suponen una actualización de las publicadas en 2009, y revisadas en 2014, por GeSIDA en colaboración con la Sociedad Española de Nefrología y la Sociedad Española de Análisis Clínicos.

Recientemente también se ha publicado el documento de nueva creación ‘Escalas clínicas aplicables en personas con VIH’ (disponible en este enlace). En el mismo se recogen las principales escalas disponibles para la predicción, el diagnóstico precoz, y la valoración pronóstica de las comorbilidades más importantes. Se revisan las principales escalas de utilidad clínica, así como su validación tanto en población general como en personas que viven con VIH.

Para la mayoría de las escalas existen calculadoras online del riesgo o un link que permite el acceso directo a la escala desde el móvil o el ordenador, con el objetivo de que se puedan aplicar in situ en la consulta diaria para la toma de decisiones clínicas.