Nuestro compañero Javier Martínez-Picado, del Instituto IrsiCaixa, será el encargado de ofrecer este año la primer ponencia inaugural de nuestro Congreso. Además, para hablar de un tema de máximo interés y permanente actualidad: Nuevas estrategias para la curación del VIH.
En el Congreso GeSIDA de 2021 intervino en una de las sesiones plenarias del encuentro (ver aquí) para hablar sobre estrategias de curación. En estos tres años, ¿cuáles han sido los avances más significativos que se han producido en este campo?
El campo de las estrategias de curación del VIH sigue estando muy activo, especialmente por el impulso que los EEUU hacen a traves del NIH con programas como los Martin Delaney Collaboratories cuyo objetivo es fomentar colaboraciones dinámicas y multidisciplinarias entre investigadores básicos, aplicados y clínicos que estudian la persistencia del VIH y desarrollan posibles estrategias curativas. Esto se logra estableciendo alianzas entre el mundo académico, la industria, el gobierno y la comunidad, con el objetivo de aprovechar los recursos comunes para acelerar el ritmo de la investigación sobre la cura del VIH e involucrar a la próxima generación de investigadores en esta materia. Desafortunadamente, Europa está substancialmente menos implicada en ls promoción de este tipo de investigación.
La llegada de las tecnologías multiómicas y de los sistemas de análisis computacional masivo e inteligencia artificial a muchos de nuestros laboratorios está creando nuevas expectativas sobre como abordar preguntas derivadas de la investigación básica y clínica en estrategias de curación para el VIH. Esto nos está permitiendo cartografiar la actividad biológica, viral e inmmunológica, con gran detalle y correlacionarla con los niveles del reservorio viral.
En este tiempo, y gracias a trabajos como el que desarrolla en su equipo, ¿hemos conseguido conocer algo mejor cómo funciona el VIH y cómo neutralizarlo?
Estamos satisfechos de haber contribuído en varios proyectos importantes, algunos de los cuales siguen evolucionando. Quizás lo más detacable ha ocurrido en el campo del transplante hematológico con células madre de donantes en personas con VIH y enfermedades hematológicas que les hacían candidatos a estas terapias radicales. En el marco del programa IciStem, que co-lideramos desde IrsiCaixa, en 2019 publicamos detalles del segundo caso de curación de VIH en la historia y en 2023 el tercero, ambos con células madre de donantes con la mutación CCR5Δ32 que inhabilita uno de los correceptores que el VIH usa para infectar las células. Pero el estudio integrado de 30 casos de trasplante a lo largo de nueve años y publicado este mismo año, apuntaba a que la presencia de la mutación CCR5Δ32, a pesar de ser importante, no era el factor determinante de la reducción del reservorio viral que observábamos durante los trasplantes. Un par de meses después publicábamos el primer caso de remisión del VIH en un trasplante con células madre de donantes sin la mutación CCR5Δ32. Y aunque este tipo de intervención solo se está considerando en personas con VIH y enfermedad hematológica grave, la realidad es que la comunidad científica sigue describiendo nuevos casos que refuerzan la idea que la infección por VIH pueda llegar a curarse.
También, durante este año, hemos descrito casos de remisión del VIH en población pediátrica con transmisión vertical durante la gestación. En los cinco casos descritos la clave ha sido un tratamiento muy precoz, junto con unos virus caracterizados por su alta sensibilidad al interferón y por una baja capacidad replicativa.
Asimismo, esta misma semana del Congreso GeSIDA, publicaremos un trabajo en Journal Clinical Investigation explicando que el reservorio viral, el principal obstáculo para erradicar el VIH, es hasta cuatro veces menor en quienes iniciaron el tratamiento a partir de 2007. Este aspecto será importante al considerar estudios de investigación clínica en el campo de las estrategias de curación.
Aunque frente al VIH los retos son siempre enormes y no pocos proyectos de investigación han tenido un mal desenlace, el futuro parece prometedor en el control de la infección. ¿Qué novedades se vislumbran en cuanto a estrategias de curación?
En investigación se aprende tanto de los éxitos como de los fracasos, y es importante hacerlo porque los fracasos no son precisamente las excepciones.
Creo que existen tres áreas de interés en cuanto a la curación del VIH que pueden marcar los próximos años. El uso de anticuerpos ampliamente neutralizantes contra el VIH se están estudiando en diferentes contextos clínicos. Su simplicidad y ausencia de efectos secundarios, y el análisis de sus mecanismos de acción, hacen que se postulen como terapias investigacionales estrella en los próximos años. Las terapias génicas siguen también aportando resultados. Colaboramos en un proyecto del NIH donde tenemos en fases animales un producto celular con edición génica que está dando resultados interesantes. Y una novedad que podría dar sorpresas son las “partículas de interferencia terapéutica”, una versión diseñada del VIH a la que se le han inabilitado casi todos sus genes y diseñada para competir con el VIH autólogo sin causar enfermedad.
Creo también que tendremos que poner esfuerzo en explorar las posibles características distintivas del reservorio del VIH en personas que se diagnosticaron e iniciaron tratamiento en una etapa avanzada de la infección, lo que podría afectar la eficacia de futuras estrategias de curación.
Como pasó con la terapia antirretroviral durante muchos años, seguramente la combinación de varias estrategias será lo que nos permitirá tener resultados favorables.
Especialmente significativa es también su labor en cuanto a controladores de élite. ¿Qué novedades destacaría en este sentido y a qué cuestiones debemos estar pendientes en ese sentido a corto y medio plazo?
El modelo de los controladores de élite, especialmente en los casos que más nos hemos centrado, es muy interesante. Nosotros estamos más enfocados en aquellos casos con muchos años desde la infección pero que no presentan virus en su sangre, ni han desarrollado la inmunopatología típica asociada al VIH, a pesar de no recibir terapia antirretroviral. Aunque es tentador buscar una única explicación para la existencia de estos casos, la realidad es que suelen ser un conjunto de razones biológicas las que han contribuido a este tipo de casos. Existen razones genéticas, inmunológicas, y virológicas que contribuyen de forma variable, segun el caso, a esta ausencia de patogénesis. Pero estudiar estos modelos naturales de curación es menos complejo que buscar estrategias terapéuticas para recrear dicha situación, entendiendo que al final se busca una complicidad entre un reservorio viral mínimo y una capacidad inmunológica máxima contra el VIH.