Nuestra compañera Vicky Hernando forma parte de la Unidad de Vigilancia de VIH y comportamientos de riesgo del Centro Nacional de Epidemiología. En esta entrevista en el Boletín GeSIDA analiza la realidad del control del VIH en España y explica algunos aspectos de su labor en el ámbito de control epidemiológico.

¿En qué posición se encuentra España respecto a la consecución de los objetivos 90-90-90 dispuestos por ONUSIDA para 2020?

Las últimas estimaciones que hemos realizado nos sitúan muy cerca de alcanzar los objetivos 90-90-90 propuestos por ONUSIDA para 2020. Estas estimaciones realizadas con datos hasta 2016, señalan había alrededor de 146.500 personas viviendo con el VIH en España y de ellas, un 86,2% conocería su diagnóstico de VIH. Respecto a las personas que reciben tratamiento antirretroviral, un 93% de las personas diagnosticadas estarían bajo tratamiento y de ellas, un 90% tendrían carga viral suprimida. Esto nos dice, que aproximadamente un 73% de las personas que viven con VIH en España tienen carga viral suprimida.

El primer 90 parece que sigue siendo nuestro particular ‘talón de Aquiles’. ¿Cómo se pueden mejorar los resultados en este sentido?

Efectivamente, es este primer 90 en el que todavía no hemos alcanzado el objetivo de ONUSIDA, aunque con respecto a las estimaciones anteriores que realizamos con datos hasta 2013, vemos que la fracción no diagnosticada (es decir, las personas que viven con VIH pero desconocen su infección) ha disminuido. Las estimaciones de 2013, mostraban que había un 18% de personas viviendo con VIH en España que desconocían su infección, pero los últimos datos de 2016 sitúan este porcentaje entorno al 14%. Por lo que podemos decir que estamos en el camino correcto.

¿Cuál ha sido la clave para conseguir buenos resultados en los otros dos ‘noventa’? ¿Cómo se pueden mejorar aún más dichos números?

Es incuestionable la eficacia de la terapia antirretroviral. Desde 2016, el documento de consenso de GESIDA y el Plan Nacional sobre el Sida respecto al tratamiento antirretroviral en adultos infectados por el VIH recomienda el inicio del tratamiento antirretroviral desde el momento en que se diagnostica la infección por VIH, independientemente de si hay sintomatología o no y del recuento de linfocitos CD4. Con este inicio temprano de la terapia antirretroviral no sólo se frena la progresión de la enfermedad sino que ayuda al control de la aparición otras comorbilidades tanto asociadas a la infección por VIH como a la mayor esperanza de vida actual de las personas con VIH. Asimismo se evita la transmisión del virus, ya que como decía anteriormente un porcentaje superior al 90% tiene carga viral suprimida, lo que hace que no transmita la infección. Mantener altos niveles de adherencia al tratamiento antirretroviral es clave para mejorar estos porcentajes.

¿Cómo se estiman las cifras del continuo de cuidado en España? ¿Qué fuentes de información se utilizan?

Para poder estimar estos datos es imprescindible tener información de la epidemia de VIH/SIDA en España desde sus inicios. Para poder reconstruir la epidemia se han utilizado diversas fuentes de información, cada una de las cuales ha sido clave para dar forma y poder visualizar en global la situación de España respecto a la infección por VIH.

Se han utilizado fuentes de la vigilancia epidemiológica del VIH/sida, como son el Registro de Casos de Sida, que recoge información desde los años 80; el Sistema de Notificación de Nuevos Diagnósticos de VIH (SINIVIH), con datos sobre los nuevos diagnósticos de VIH desde 2003 en algunas CCAA y que alcanza el 100% de cobertura en 2013 y la Encuesta Hospitalaria, que lleva realizándose en hospitales del Sistema Nacional de Salud desde 1996. También ha sido necesaria la utilización de otras dos fuentes que nos aportan información sobre mortalidad por sida (Registro de mortalidad por causas del Instituto Nacional de Estadística) y por causas no sida (Cohorte de adultos con infección por VIH de la Red de Investigación en SIDA (CoRIS)).

Con toda esta información y a través de modelos matemáticos se ha podido estimar la situación del continuo de cuidados para España.

Las recientes novedades en torno a la PrEP en España son halagüeñas e invitan a pensar en una mejora en las estrategias de prevención. ¿Sobre qué otros aspectos sería necesario incidir para reducir el número de nuevos contagios?

Sin ninguna duda, la introducción de la PrEP va a contribuir de manera significativa a la prevención de nuevas infecciones en nuestro país, pero se deben mantener todas las estrategias de prevención que ya existen.

Es necesario reforzar los mensajes sobre la utilización del preservativo, la realización de la prueba del VIH y su oferta más allá del contexto sanitario, la vinculación al sistema sanitario… etc, y en general, mantener un nivel alto de información sobre la prevención y el control de la infección por VIH por parte de las autoridades sanitarias.

El número de nuevos casos de VIH permanece prácticamente estable y no decrece. ¿Cuáles son las tendencias epidemiológicas que está tomando la infección por el VIH en nuestro país?

Teniendo en cuenta los datos del SINIVIH correspondientes a 2017, la tendencia global de nuevos diagnósticos es ligeramente descendente, aunque hay diferencias según el modo de transmisión. Por ejemplo, en el grupo de usuarios de drogas inyectadas, el descenso es progresivo y continuado, así como entre los casos de transmisión heterosexual, tanto en hombres como en mujeres. Y por otra parte, los casos entre hombres que tienen sexo con hombres, que representan la transmisión mayoritaria en España, después de varios años de ascenso continuado, entre 2009 y 2015 se vio una estabilización y a partir de entonces se observa un ligero descenso.

Forma parte de la RIS, a la que une un especial vínculo con GeSIDA. Sus trabajos han estado relacionados con la salud de la mujer y el envejecimiento de las personas que viven con VIH. ¿Cuáles son los resultados más relevantes que ha obtenido?

Además de mi labor en el ámbito de la vigilancia epidemiológica también desempeño actividades de investigación y formo parte de la RIS. En la actualidad soy investigadora principal en un proyecto sobre la salud de las mujeres con VIH en el ámbito de la cohorte CoRIS cuyo objetivo es evaluar el impacto de la menopausia en las mujeres VIH-positivas. En la reciente European AIDS Conference que se ha desarrollado en Basilea (Suiza) hemos presentado una comunicación oral sobre la respuesta al tratamiento antirretroviral en las mujeres pre-menopáusicas y menopáusicas de la cohorte CoRIS.

También participa en proyectos colaborativos con instituciones europeas como el ECDC o la Comisión Europea. ¿Sobre qué trabajos concretos desarrolla su labor?

En los últimos años hemos trabajado conjuntamente con otros países europeos y con el ECDC para poder estimar el continuo de cuidados a nivel europeo. En este sentido se ha trabajado en establecer definiciones conjuntas para cada una de las barras del continuo de cuidado que permitan la homogenización de los resultados y su comparabilidad entre los países. También se ha avanzado en la utilización de los datos de cohortes en la vigilancia epidemiológica del VIH, como una fuente más de información que nos aporte datos sobre el seguimiento de la persona con infección por VIH más allá del momento en que se diagnostica.