Con motivo del inicio de la I Reunión Virtual de GeSIDA, nuestro presidente, el Dr. Esteban Martínez, analiza cómo ha sido este complejo 2020 para la actividad de nuestro Grupo de Estudio y sus socios, y también ofrece su visión sobre los retos y objetivos que se tratarán de abordar en el próximo año.

Dadas las previsiones de la situación que podríamos estar viviendo a finales de año, fecha habitual de nuestro Congreso anual, se decidió posponer al año siguiente. En su lugar se celebrará una reunión virtual. ¿Qué objetivos se persiguen con esta cita? ¿Cuáles son los aspectos más reseñables de su programa?

Ante la dureza y la complejidad del año que estamos atravesando, consideramos de interés mantener el nexo entre los socios de GeSIDA con esta Reunión Virtual ante la imposibilidad de llevar a cabo nuestro tradicional congreso. Somos conscientes que no es lo mismo, que el grado de confraternidad no puede ser igual que el de una cita presencial, pero no nos cabe duda que la interacción, el diálogo y la puesta en común de temas que son de nuestro interés se podrá hacer de una manera práctica y ágil.

Como no podía ser de otra manera, abriremos la reunión con una puesta al día de la evidencia generada sobre el impacto de la COVID-19 en las personas con VIH. También repasaremos los últimos lanzamientos y actualizaciones de documentos de consenso que se han producido a lo largo de estos meses de pandemia, así como la actualidad de los trabajos de investigación impulsados desde GeSIDA. También pondremos el foco en nuestras actividades de formación, nuestros indicadores de calidad –que han sido actualizados– y un nuevo manual de estratificación de pacientes VIH, para completar la cita con el tradicional ‘lo mejor del año’, en el que contaremos con la intervención de Mª José Buzón, Premio GeSIDA a Jóvenes Investigadores en 2017, y Paul Sax, de la Universidad de Harvard, un auténtico influencer en redes sociales sobre cuestiones sanitarias.

¿Se ha podido ver resentida en algún momento nuestra labor, la de nuestros compañeros, en el campo del VIH/SIDA a consecuencia de la pandemia?

Claro que se ha visto resentida ya que todos los que trabajamos en el ámbito del VIH/SIDA hemos tenido que centrarnos, en mayor o menor medida según las necesidades de nuestros centros, en atender COVID-19. No obstante, gracias a la profesionalidad, entrega y vocación de nuestros compañeros, las posibles carencias que pudieran aflorar en la atención al VIH se han tratado de solventar de la mejor manera posible.

Ante esta tesitura, la consulta virtual se ha convertido en nuestra salvación. Algunos centros han tenido que recurrir casi al 100% a este tipo de consulta telemática. La situación vivida también ha propiciado que se desarrolle por completo la telemedicina, una vía sobre la que perseveraremos con el objetivo de extraer su máxima utilidad con el objetivo de que se convierta en una opción –no en una imposición salvo necesidad extrema– para hacer el seguimiento de nuestros pacientes.

2020, un año que, sin lugar a dudas, resultará histórico por muchas cuestiones. ¿Cómo se ha dejado notar en la labor de GeSIDA (y en la de sus socios) la pandemia de la COVID-19?

La pandemia ha tenido impacto y, no cabe duda, lo va a seguir teniendo por un tiempo indefinido. Nuestra principal preocupación es el que ha tenido o pueda tener en las personas que viven con VIH, especialmente aquellas que no cuentan aún con un diagnóstico y pueden ser vectores de transmisión.

La prevención ha sido una de las grandes damnificadas por la COVID-19. En nuestro país, la PrEP había comenzado a funcionar pero ha quedado como una cuestión secundaria o incluso paralizada. La atención, como hemos dicho anteriormente, ha tenido que pasar a ser completamente telemática para evitar al máximo posibles nuevos contagios por SARS-CoV-2 en los entornos hospitalarios.

Es posible que muchos pacientes hayan perdido continuidad en el tratamiento y la realización de análisis, que hayan perdido la indetectabilidad o el curso de sus comorbilidades se haya agravado. Son muchas dudas las que tenemos al respecto y el efecto neto de todo no lo veremos, posiblemente, hasta 2021.

¿Se puede extraer alguna enseñanza positiva de una pandemia como la que estamos viviendo?

Hemos tenido un mejor concepto de la urgencia. Con la pandemia hemos sido conscientes de que había que espabilarse y solventar aquellas cuestiones que se estaban realizando de forma subóptima en los ámbitos de prevención, diagnóstico y tratamiento. De la necesidad intentaremos hacer virtud.

Pese a todo lo sucedido, ¿de qué ‘salud’ goza actualmente GeSIDA? ¿Cuáles son los principales hitos de GeSIDA en estos meses?

En GeSIDA hemos intentado dar la cara, aglutinar y dar ánimos cuando más falta hacía y dar respuesta cuando más dudas había con una pandemia nueva a través de iniciativas como el webinar COVID-VIH.

No se ha paralizado la labor científica, con estudios en marcha como el de prevención en el que colaboramos con la Secretaría del Plan Nacional del SIDA o el estudio COVIH-19 que lideran nuestros compañeros José Luis Blanco, José Ramón Blanco, Julián Olalla y José Luis Casado. En este tiempo también han salido varias guías –que se mostrarán en la Reunión Virtual– y se han preparado varios documentos específicos para esta situación.

Se han tratado de mantener las actividades estándares, tales como las jornadas y seminarios VIH. La mayoría eran presenciales, pero estaban limitados por el aforo. El hacerlos en formato online ha permitido abrirlos a muchos más socios y compañeros.

¿Con qué perspectiva afronta 2021? ¿Qué espera que nos depare a GeSIDA y a sus socios?

Tenemos que seguir pensando que nos tendremos que seguir enfrentando a una pandemia. La actividad presencial será lo ultimo que se normalice. Quiero creer que el Congreso de Málaga, por aquello de que tendrá lugar a finales del próximo año, se podrá poder, aunque es posible que la COVID-19 aún esté dando coletazos. Si el coronavirus nos sigue coartando la libertad de reunirnos como quisiéramos, al menos esperamos que se puedan reunir los ponentes y moderadores en un mismo espacio. Ya supondría un paso adelante.

Habrá que seguir profundizando en las necesidades de los pacientes, en nuevas herramientas diagnósticas, en el impacto de la pandemia, en intensificar las relaciones con los compañeros de Atención Primaria o trabajar en evitar que se “pierdan” pacientes, algo que antes no era prioritario. En esta circunstancia de pandemia puede ser una oportunidad para recuperarlos utilizando los recursos digitales disponibles.

Asimismo, tal vez sea también el momento de poner en práctica nuestra capacidad de tener un papel más activo en el abordaje de las comorbilidades de las personas con VIH, aprovechando así nuestra sensibilidad, experiencia y capacitación.