«Es importante garantizar la ubicación e idiosincrasia de las Unidades de ITS para facilitar el acceso de las poblaciones más vulnerables»

La Dra. María Jesús Barberá, infectóloga del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d´Hebrón de Barcelona y coordinadora de la Unidad de ITS Drassanes-Vall d’Hebron nos habla en esta entrevista sobre el impacto que ha tenido la pandemia de la COVID-19 en la actividad de centros de enfermedades de transmisión sexual

Forma parte del equipo del Centre de Salud Internacional y Enfermedades Transmisibles Drassanes, vinculado al Hospital Vall d´Hebron y que a finales de octubre se convirtió en foco de atención nacional por su cierre «indefinido» a consecuencia de la segunda ola de la COVID-19. ¿Qué fue lo que ocurrió entonces y de qué manera se consiguió solventar?

Ocurrió lo que comentas en la pregunta: debido al incremento de nuevos diagnósticos de COVID-19 en el hospital, la dirección médica del hospital decidió el traslado del personal al ámbito hospitalario con la finalidad de que una gran parte de los profesionales (fundamentalmente médicos y de enfermería) se incorporaran a la atención de pacientes COVID-19. Se mantuvo un mínimo de plantilla, que se trasladó a la consulta externa del Servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital, para dar atención urgente en un 60% respecto a la oferta habitual y mantener la actividad de PrEP.

Tras conocer la opinión de los profesionales y el pronunciamiento de personas referentes en salud pública, la Dirección del hospital reconsideró su decisión y, en noviembre, se reabrió el centro con un mínimo de servicios y el compromiso de ir reanudando la actividad de forma escalonada en función de la evolución de la pandemia. Actualmente se ha recuperado la oferta de atención urgente al 100% y se ha mantenido la PrEP, pero no se han recuperado ni todas las actividades ni toda la plantilla. Aproximadamente la mitad del personal médico y de enfermería continúa físicamente en el hospital, proporcionando soporte a la actividad generada por la COVID-19 ahora en plena 3ª ola.

¿El hecho de convertirse en foco mediático ha tenido algún impacto, positivo o negativo, en el centro una vez que ha recuperado su actividad?

El hecho de convertirse en foco mediático seguramente influyó en que la dirección del hospital tomara la decisión de reabrir el centro antes de lo previsto, aunque aún no se ha recuperado la actividad previa.

Con la actual pandemia, estamos inmersos en un problema de salud de primer orden, pero como se viene reclamando desde muchos otros ámbitos de la salud, la COVID-19 no puede ser un pretexto para descuidar la atención a otras patologías y para lograrlo se ha de invertir en recursos que garanticen la provisión de todos los servicios de salud incluidos los relacionados con la prevención. En este sentido, organismos como ONUSIDA han llamado la atención sobre la necesidad de establecer medidas que permitan seguir prestando servicios clave en la prevención del VIH y los CDC han emitido unas recomendaciones para mantener los servicios de PrEP en situaciones tan críticas como la actual.

El hecho de convertirnos en foco mediático creo que visibilizó la necesidad de este tipo de Unidades que facilitan el acceso a la población más vulnerable. Esta visibilización llegó a los órganos de decisión que, en mi opinión, se hicieron más sensibles y permeables a esta realidad.

En líneas generales, ¿cuál era la situación de centros como el de Drassanes hasta antes que estallara la pandemia?

Los centros de ITS son Unidades ubicadas en un entorno muy accesible para las poblaciones a las que van dirigidas, en el caso de la Unidad de ITS de Drassanes muy próxima al llamado Gayxample o barrio gay de Barcelona. Ello facilita un acceso rápido y directo al sistema sanitario a la población diana.

Además de ofrecer asistencia a pacientes sintomáticos y sus contactos se realiza el seguimiento de personas ya diagnosticadas de una infección (lúes, Mycoplasma genitalium, gonococia, herpes recurrente, etc.). También se realizan actividades preventivas dirigidas a poblaciones vulnerables como son la oferta de cribados poblacionales a colectivos con riesgo de ITS. Otra actividad habitual y propia de estas Unidades es vacunar de hepatitis A o B, o bien del VPH a poblaciones susceptibles. En los últimos 4 años la implementación del programa Drassanes Express, un circuito de acceso y diagnóstico rápido de ITS dirigido a población asintomática de alto riesgo, se ha consolidado como una actividad eficaz resultando en más de un 15% de pruebas positivas y un acceso al tratamiento en menos de 2 días. Además, en los últimos años se ha ido incorporando la PrEP como una actividad preventiva de primer orden. También se ha comenzado el abordaje del fenómeno Chemsex.

En términos de actividad se realizan más de 30.000 visitas médicas anuales y más de 5.000 screening anuales en Drassanes Expres. El número de nuevos diagnósticos anuales de ITS de declaración obligatoria supera los 2000 en los últimos años.

¿Y en qué situación se encuentran en la actualidad? ¿Se puede extraer alguna enseñanza positiva de la actual situación que vivimos?

Actualmente sólo realizamos asistencia a pacientes sintomáticos y sus contactos, así como a personas asintomáticas que consultan por un resultado positivo. Las visitas para entrega de resultados son 100% telemáticas, pero esto es un modelo de trabajo que ya se había incorporado previamente en nuestra Unidad. También se mantiene la actividad de PrEP. Para ello disponemos de un 50% de la plantilla habitual y el resto de actividad expuesta en el apartado anterior (cribados poblacionales, vacunas a población susceptible, seguimiento de procesos, etc.) no se está realizando en este momento.

La urgencia obliga y la necesidad de mantener la atención a las personas en PrEP (que en la 1ª oleada de la COVID-19 fue interrumpida) fue el revulsivo para incorporar el control de usuarios de PrEP como parte de la actividad de enfermería. Lo más positivo ha sido comprobar cómo una enfermería de práctica avanzada, apoyada en algoritmos sencillos y bien coordinada con el personal médico, ha podido asumir el control y seguimiento de usuarios de PrEP. Es un ejemplo más de que el trabajo en equipo siempre es garantía de éxito incluso en situaciones muy complicadas.

Otro aspecto positivo, con la incorporación de parte de la plantilla a la atención a pacientes COVID-19, ha sido una mayor integración de los profesionales de la Unidad con el resto del staff y la incorporación a las sesiones generales del Servicio.

¿Cuáles son los principales aspectos en los que les gustaría mejorar o contar con mayor autonomía?

Hay muchas opciones de mejora y quedan por explorar e incorporar nuevas herramientas de trabajo a través de la telemedicina, la autotoma de muestras en domicilio o el uso de mensajerías para envío de medicación como ejemplos.

Es necesario mejorar el conocimiento y consolidar nuevas estrategias como el abordaje del Chemsex.

La incorporación de las Unidades de ITS a los servicios hospitalarios de Infecciosas es una oportunidad para alcanzar la excelencia asistencial e investigadora de los centros, pero es importante garantizar la ubicación e idiosincrasia de estas Unidades para facilitar el acceso de las poblaciones más vulnerables, en nuestro caso la población de hombres que tiene sexo con hombres (HSH) o trabajadores sexuales en muchos casos inmigrantes.

Potenciar las actividades preventivas y de promoción de la salud sexual es esencial en infecciones con una dimensión tan importante de salud pública y estos aspectos podrían ser más difíciles de integrar desde una visión hospitalaria.

La PrEP ha sido uno de los temas más relevantes estos últimos años en lo concerniente a la lucha contra el VIH en nuestro país y en el que centros como Drassanes juegan un papel relevante. ¿En qué situación se encuentra su implementación?

En los últimos años se ha ido implementando la PrEP, inicialmente ofreciendo control a personas que ya la realizaban por su cuenta, posteriormente a través de estudios clínicos y finalmente tras la autorización de la financiación por nuestro SNS. Actualmente realizan seguimiento de PrEP en nuestra Unidad unas 600 personas, entre los que no ha habido un solo diagnóstico de VIH.

En la Unidad disponemos de una enfermería experta que asume el seguimiento de gran parte de las personas que ya están en PrEP y las necesidades pueden ser cubiertas de forma compartida entre el profesional médico y de enfermería, pero si no se incrementan los recursos no se podrá dar respuesta a toda la demanda. Ya tenemos listas de espera para inicio de PrEP, en este momento de varios meses, y es lamentable comprobar cómo nuevos diagnósticos de VIH estaban en lista de espera de PrEP. Ninguna de las personas ya incorporadas al programa de PrEP se ha infectado por el VIH. Estos datos y la amplia evidencia disponible son suficientemente robustos para justificar la efectividad de este tipo de medidas preventivas y, por tanto, la necesidad de asignar recursos.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los Centros de ITS?

Sobre todo, ser capaces de dar respuesta a la demanda creciente en la era PrEP. Los centros y Unidades de ITS se presentan como el lugar ideal para su implementación por su ubicación, su accesibilidad y el tipo de población que atienden, que es la que frecuentemente cumple criterios de inicio de PrEP, pero la realidad es que no se han destinado recursos específicos para ello.
Por otra parte, en los últimos años se han cerrado algunos centros emblemáticos de atención a las ITS en España, lo que puede suponer un riesgo para la accesibilidad de las poblaciones vulnerables.